sábado, 17 de septiembre de 2011

¡¡Helados!! ¡¡Helados!!


-¡ Helados ! ¡ Helados!- iba pregonando el heladero.

- ¡ Señor, señor! ¿Me da uno de canela?

- ¿Tienes con qué pagarlo?

- Esta monedita que brilla como el sol.

Al escuchar las palabras de la niña, el sol, que se cocinaba en su propio calor, hizo un guiño al heladero.

- ¡ Venga esa moneda y te doy un polo de limón !

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